lunes, 9 de julio de 2012

TORMENTAS

Recuerdo cuando era niña, cómo me asustaban las tormentas; primero el rayo, después el trueno. Pero en aquellas noches cerradas en las que no había ni un ápice de luz… aquellos rayos (culebrillas les llamábamos) iluminaban por un corto espacio de tiempo el negro cielo; a veces, había muchas descargas eléctricas, y, si de alguna manera me asustaban, de alguna otra forma me maravillaban. ¡Eran serpentinas de colores que eran capaces de iluminar el cielo y la tierra!
Hoy recuerdo no se por qué, aquellas sensaciones o mejor si, creo que lo se. Hoy estoy entre ese rayo y el trueno, el rayo que ilumina y maravilla, es el más peligroso, y soy consciente de ello, el trueno asusta porque es una explosión y eso espanta, pero realmente tiene menos peligro que el rayo.
Hoy  en la tormenta  se mezclan rayos y truenos, pero son otra clase de rayos, más crueles, hoy no son las serpentinas de colores como las que veía en las noches  de mi infancia que me asustaban y a la vez me maravillaban, hoy la tormenta puede ser que aísle  una parte de mí.
Mª carmen Díaz Maestre
19-6-2009

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