Aquella
noche oscura,
yo no podía dormir
yo no podía dormir
sin mirar antes el cielo,
plagado de estrellas de plata,
plagado de estrellas de plata,
soñolienta te imaginaba
en una hermosa nube
en una hermosa nube
de tul, transparente y
blanca,
mientras adivinaba tu cuerpo desnudo
yo también me desnudaba
y en mi
duermevela e inocentemente
yo contigo soñaba
que me cogías en tus brazos de viento
que me cogías en tus brazos de viento
y en ellos me acurrucaba,
nos echábamos sobre la luna,
envueltos en tu nube,
envueltos en tu nube,
de tul, transparente y blanca.
Después de ser los dos uno,
yo volví sola a mi cama,
yo volví sola a mi cama,
en la nube, tú ya no estabas
más en el cielo,
dos estrellas azules todavía brillaban.
dos estrellas azules todavía brillaban.
Mª Carmen Díaz Maestre.
10/12/2014
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