martes, 31 de marzo de 2015

ERA EL ÚLTIMO MARTES DEL MES


Era el último martes del mes,  caminaba de un extremo a otro del andén nervioso, al fin había llegado el día en el que  ella regresaba para no marchar nunca más.
Él llevaba un ramo de flores que escondía tras su espalda,  más, el tren pasó de largo, ella pegó el rostro a la ventanilla y sus labios dibujaron una sonrisa que le dijo todo lo que nunca le podrían decir con palabras.
Con mucha parsimonia puso el ramo en un banco de los situados en el andén, sacó su libreta y el bolígrafo y escribió: Por aquí pasó el amor que me llevó a ninguna parte. Arrancó la hoja con rabia y la dejó junto al ramo.
 Tomó un tren del que desconocía su destino.

Mª Carmen Díaz Maestre.

31/3/2015

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