La nieve
llegó en martes, sí, un martes de finales de marzo, nadie esperaba semejante
nevada, por eso a los conductores de automóviles les cayó por sorpresa y no
iban preparados con las ruedas para nieve o cadenas. Todo sucedió tan deprisa que no nos dio tiempo
a reaccionar, un coche chocó con el muro
del viejo puente de piedra blanca y así fueron colisionando hasta veintidós, unos contra otros, yo iba en el coche número diez, el porrazo fue
fuerte, golpes por delante, por detrás y hasta lateralmente. Perdí el
conocimiento y en mi inconsciencia aquel accidente se convirtió en un baile,
una gran pista blanca en la que
bailábamos los dos vestidos de rojo, la música que sonaba era LA SOMBRA
DEL AMOR.
Después de
cinco años, sigo bailando en la misma pista, con el mismo traje la misma
canción, pero ahora bailo sola, él, ya no está a mi lado.
Mª Carmen
Díaz Maestre
5/4/2015
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