La pequeña la descubrió, corría asustada llorando
sin consuelo. ¡Mamá, mamá! gritaba; la madre le decía ¡Ven, no pasa nada! la
chiquilla corría hacia un lado y hacia otro y esa cosa negra del suelo no se separa de ella, la seguía,
unas veces se colocaba delante, otras detrás, hacia los lados... hasta que su
mamá la tomó de la mano le explico y al
fin, jugaron las cuatro.
Mª Carmen Díaz Maestre.
27/3/2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario