Nunca pensé que sería capaz de hacerlo. Yo, siempre tan responsable de mis actos, tan
sereno, tan dócil, tan dulce, con tan buen
talante. ¿Cómo fuiste tan capaz de sacarme de quicio? ¿Qué más querías que te
demostrara ? Lloro mientras recojo tus restos esparcidos por la habitación,
pero ya no hay remedio, ya está hecho, y lo peor de todo es que tú, tú no tuviste la culpa,
fue ella, tras la pantalla, aquel martes me pedía más tiempo, cada vez exigía más de mí. ¡Pero yo tengo otra vida! A través tuyo, ella
logró sacarme de quicio y aquel martes...aquel martes te maté!
miércoles, 27 de mayo de 2015
jueves, 14 de mayo de 2015
LOS MARTES ERAN DE COLOR AZUL
Los martes eran de color azul. Le contaba la abuela a su nieta de quince
años, sobre los momentos de amor que vivía
con el abuelo, cada martes en la época en
la que trabajaba en la mina de carbón, antes del fatal accidente en el que todo
lo cubrió de negro .
-¿De color
azul? ¿por qué de color azul? -Preguntaba
la chiquilla-.- ¡Siempre se dice que el amor es de color rosa!
-¡Ay hija! tu abuelo, decía, que los martes eran de
color azul, porque era el día que tenía fiesta, era cuando veía el cielo más limpio, fuera de la mina, a mi lado, y me decía que mirando a mis ojos era como mirar dos pedacitos de
cielo. ¿Te das cuenta mi niña, que tu abuelo era todo un romántico?
Mª Carmen Díaz Maestre.
14/5/2015
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