Los martes eran de color azul. Le contaba la abuela a su nieta de quince
años, sobre los momentos de amor que vivía
con el abuelo, cada martes en la época en
la que trabajaba en la mina de carbón, antes del fatal accidente en el que todo
lo cubrió de negro .
-¿De color
azul? ¿por qué de color azul? -Preguntaba
la chiquilla-.- ¡Siempre se dice que el amor es de color rosa!
-¡Ay hija! tu abuelo, decía, que los martes eran de
color azul, porque era el día que tenía fiesta, era cuando veía el cielo más limpio, fuera de la mina, a mi lado, y me decía que mirando a mis ojos era como mirar dos pedacitos de
cielo. ¿Te das cuenta mi niña, que tu abuelo era todo un romántico?
Mª Carmen Díaz Maestre.
14/5/2015
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