Pues no, no volví con el mismo ánimo, otros quehaceres se interpusieron y la inspiración se disipó, pero bueno ya volverá.
Ahora son las siete de la mañana, no puedo dormir, y tampoco se muy bien que escribir, miro el calendario y solo se me ocurre pensar que la vida se va sin darnos apenas cuenta, que somos una llamita que arde alegre mientras hay combustible, a medida que el combustible se va agotando la llamita va perdiendo la alegría y la fuerza, el color cambia y se va menguando hasta que al final en un pequeño soplo se apaga; hay llamas que se agitan y luchan por mantenerse, se resiste a desaparecer, pero al final se agota el combustible y todo queda reducido a la nada. De aquella luz que alumbró con fuerza, que parecía inagotable solo queda el recuerdo que con el paso de los años también se va borrando. Eso es la vida, un paso por este mundo que llega con el primer llanto y se despide con el último suspiro.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1Fp7C8xXIcHIpvQj2QG8Baq0POpL6f0ysxSAgJiM5zjEY4zHZpV-esdg5fuQalXxZkiuphGokSAvrPwgXuAJx38gJgXzRWEnuEq1VQuSpQogwPa-Sb01YM6MbUVjalsFJDgmTE7aU3Jht/s320/vela-de-corazon.jpg)
Mª Carmen Díaz Maestre.
30/7/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario