lunes, 12 de marzo de 2012

PENSAMIENTOS

A veces nos acostumbramos a las cosas, y también a las formas; a veces las cosas y las formas nos pueden caer mal pero están ahí y nos acostumbramos a verlas cada día;  tenemos un jarrón o un cuadro que alguien nos regaló y no nos gusta pero por educación lo colocamos aunque sea en un lugar no muy visible de nuestra casa, y cada vez que pasamos a su lado decimos: ¡Que cosa tan horrorosa! Pero un día viene alguien y dice que es muy bonito y le dices: pues te lo regalo, y se lo lleva y el lugar aquel queda vacío, y cada vez que pasamos nos decimos: aquí falta algo, intentamos poner otra cosa en su lugar pero nos damos cuenta que no queda igual de bien, y aquel alguien que se lo llevo lo coloca a la vista  y lo valora porque le gusta y a veces hasta nos arrepentimos de haberlo regalado. Con las personas nos pasa lo mismo, una persona nos cae antipática, y la rechazamos sin pararnos a pensar nada más; al cabo de un tiempo por diversas razones se va de nuestro entorno, entonces la echamos de menos, nos habíamos acostumbrado a tenerla cerca y no valorábamos nada de ella, pues solo veíamos cuan desagradable nos parecía, pero ahora que no está nos damos cuenta que aquella persona que nos caía mal, tenía valores que no supimos ver.
Mª Carmen Díaz Maestre.

Diciembre 2011

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