desde lejos las contemplo...
con su manto blanco
cómo bella dama.
Mª Carmen Díaz Maestre.
Aquella ilusión que solo fue
el amanecer de un nuevo día,
aquella ilusión murió en plena luz...
se perdió, como se pierde una partida.
De aquella ilusión no queda nada...
hoy, solo es el recuerdo de mi juventud
tímida y callada.
Aquella ilusión que solo fue
el amanecer de un nuevo día,
se murió sin saber
lo que era el amor.
Pero hubo otros amaneceres
y con ellos nuevas ilusiones
que permanecen en el tiempo
y en mi corazón.
Son... amaneceres de amor.
M.Carmen Díaz Maestre
La memoria depende en gran manera de la impresión que los diversos incidentes causan en nuestro espíritu. Las cosas que más fácilmente olvidamos son las que no nos impresionan bastante, por carecer de interés o importancia en el momento en que ocurren. Nuestra atención se aparta de ellas con presteza, y por eso no se graban en nuestra memoria. Por otra parte, las cosas que para nosotros constituyen los acontecimientos más trascendentales de nuestra vida, aunque para los demás carezcan de toda importancia, se imprimen en nuestra memoria firmemente y siempre las recordamos; y ésta es precisamente la causa de que jamás olvidemos ciertas cosas que en el fondo son verdaderas nonadas. Lejos de apreciarlas así cuando ocurrieron, grabáronse en nuestra mente con indeleble impresión.
Texto sacado de Internet.
M.Carmen Díaz Maestre.