Tras las frondosas encinas extremeñas
La luna llena, garbosa caminaba,
Para reunirse con su amante,
Que a la otra orilla del río, la citaba
Por las dehesas extremeñas
La luna llena, atenta escuchaba,
Y el croar de las ranas,
Los ladridos de los perros
Que vigilan la majada,
El grigrí de los grillos,
El cantar de las cigarras.
Tras las frondosas encinas extremeñas,
La luna llena, garbosa caminaba.
Llegó hasta el río Almonte
Y sus aguas plateadas
Reflejaron a la luna
Que a su amante aguardaba.
Esperaba con la ilusión
De cualquier enamorada.
Ha pasado la media noche,
Ha despertado el alba,
Tras las frondosas encinas extremeñas,
Desde la otra orilla del río
Se besan con las miradas.
La luna está feliz…
Porque aunque sea en la distancia,
Ama a su sol radiante
Y por él se siente amada.
Ya se despide la luna llena,
Con su manto, color de plata.
Por las dehesas extremeñas
Escuchando las baladas
De alondras y jilgueros,
Y el mugir de las vacas
l valar de las ovejas,
El berrear de las cabras,
El relinchar de los caballos
Llamando a su yeguada.
… … … … … … … …
Tras las frondosas encinas extremeñas,
… … … … … … … …
La luna se ha dormido envuelta,
En sábanas de nubes blancas.
Mª Carmen Díaz.
1/4/2011.