Como pajarillos emigraron de sus nidos
Porque las circunstancias así lo mandaban.
Volaban tristes, desgarrados,
La emoción de las despedidas les embargaba.
La tristeza de no saber cuándo volverían
A pisar su
tierra amada
Llenaba de lágrimas sus ojos
Porque sus cuerpo se iban, sus almas se quedaban.
Sus corazones latían desbocados
Y ponían en balanza
Lo que dejaban en su tierra
Y lo que en otra tierra les esperaba.
Las ilusiones de mejorar sus futuros,
Les empujaba
Y decían adiós con una triste sonrisa
Pero llena de esperanza.
Esa tierra desconocida, les acogió generosa,
Pero jamás olvidaron su pequeña patria
De jaras, olivos y bellotas.
Esa tierra que siempre les esperaba.
Mª Carmen Díaz Maestre
1/2/2018