miércoles, 20 de julio de 2011

DIBUJOS CON ORDENADOR




EN DONDE QUIERA QUE ESTAMOS, BUSCAMOS NUESTRO SOL...



Y




TODOS, BUSCAMOS UNA LUZ, EN LA OSCURIDAD
















































DIBUJO CON ORDENADOR.








MUJER RUBIA



DIBUJO CON ORDENADOR

viernes, 8 de julio de 2011

¿QUE HACE GRANDE A LAS PERSONAS?


¡Si!,

¿En dónde reside la grandeza de las personas?

¿Acaso en la estatura?
¿Acaso en la marca de ropa?
¿Acaso en el dinero?
¿Acaso en la vida social que se lleva?
¿Acaso en la arrogancia?
¿Acaso en la ingratitud?
¿Acaso en la avaricia?
¿Acaso en la envidia?
¿Acaso en la prepotencia?
¿Acaso en el odio?

¡¡¡NO, NO, NO, Y NO!!

¡¡REFLEXIONA!!

La grandeza está en la sencillez, en la humildad, en la bondad, en sentir admiración por las personas que tienen sabiduría y son capaces de vivir con sencillez, que son capaces de enseñar sin prepotencia, que saben hablar, que son capaces de hablar con cualquier persona sin dárselas de entendidillo, ahí está la grandeza, cómo saber estar sin que los demás se sientan menos o incómodos. Esas personas nos enseñan sin que apenas nos demos cuenta, que nos están enseñando una lección.
Yo he conocido a varias personas que he sentido y siento gran admiración, y aprendí de ellas lo que es la grandeza, y desde luego intento practicar esas enseñanzas, porque no vale de mucho, admirar a una persona con todas esas virtudes para después no intentar poner en practicar nada de lo que nos enseñó.

Mª Carmen Díaz Maestre




















































miércoles, 6 de julio de 2011

JULIO Y LA HORTENSIA

Julio pasaba cada día por la floristería de la calle mayor, allí se quedaba embelesado mirando las plantas, pero sobre todo le llamaba mucho la atención una hortensia blanca, sentía tal admiración que se diría que estaba enamorado de ella. Entró a la floristería a preguntar el precio, costaba veintisiete euros, pero Julio solo tenía quince, así pues no pudo comprarla. Llegó a su casa y le dijo a su madre que había visto una planta que le gustaba mucho y que se la quería comprar pero que no le llegaba el dinero, que por qué no le adelantaba un poquito del dinero que le daba cada sábado.
Su madre le advirtió que las plantas hay que regarlas para que luzcan esa hermosura y además que las hortensias eran delicadas, necesitaban de cuidados y mimos y mucho amor. Julio se comprometió a cuidarla y mimarla por lo que su madre le adelantó el dinero que necesitaba y el chico se fue a la floristería y compró la hortensia. Llegó a su casa emocionado, buscó el sitio mas aparente para que no sufriera ningún daño y la regó con cuidado y mimo. Cuando llegó la noche y antes de irse a dormir se la quedó contemplando e incluso le hablaba, le decía que era la planta más bonita que jamás había visto, y que la cuidaría siempre para que conservara esa hermosura, apenas durmió pensando en la hortensia.
Los primeros días la cuidaba con mimo, la hortensia tenía varios capullos nuevos, en la tienda le habían dicho, que si la cuidaba bien, las flores durarían muchos días, que debía de abonarla y no descuidarla pues de lo contrario se podría marchitar, él así lo hacía, pero un día le llamó un amigo para ir a jugar a su casa y con la emoción se le olvidó regar la planta, cuando volvió a su casa se acordó que no la había regado y cuando fue a verla estaba lánguida, las flores estaban mustias, todas mirando al suelo, sintió un vuelco en su corazón y fue corriendo a regarla, el chico estaba disgustado y le pedía perdón, y le decía que no lo había hecho queriendo que solo había sido un olvido pero que nunca más volvería a pasar, la regó y se quedo allí quieto frente a la planta para ver como reaccionaba, al cabo de buen rato la planta se fue recuperando y volvió a lucir, pero ya no como antes, pues varias de las florecillas que tenía se habían caído al suelo, Julio las miraba y las fue recogiendo una a una y con pesar las tiro a la basura. Pero la planta echó nuevas flores y había nuevos brotes, el chico siguió cuidándola hasta que otro día, se le volvió a olvidar, pero esta vez no se sintió mal, pensó que se recuperaría como la primera vez, que la señora de la floristería era una exagerada al decirle que necesitaba tantos cuidados, que no creía él que fuera tan delicada, ¡pues mira como se había puesto de bonita! Se quedó tranquilo, mientras la hortensia languidecía nuevamente, las flores se cayeron y los nuevos brotes se secaron, pasaron tres días sin que Julio la mirara, al fin, fue a ver a su hortensia y esta estaba marchita, un par de ramas más fuertes estaban un poquito más vivas pero no quedaban flores ni nuevos brotes, Julio intentaba revivirla pero ya no había solución, la había descuidado y la hortensia murió, ni las ramas mas fuerte pudieron retomar, Julio lloraba desconsolado, se había quedado sin su planta, esa que le alegraba con sus flores blancas, esa a la que él hablaba y parecía escucharle, lloraba y decía que no entendía cómo podía haberla descuidado tanto, allí se quedó Julio con sus lágrimas, pues la flor ya no estaba con el.
FIN

Moraleja:
Si no riegas cada día a tu amor, si lo descuidas, si olvidas o desprecias lo que él te da, un día puede morir como murió la hortensia, triste y sola, después los lamentos no te lo devolverán.

Mª Carmen Díaz Maestre