A MI MADRE
Aún conserva el orgullo y la fuerza.
Aún se ve bella cuando se mira al espejo,
Aunque se cuente las arrugas en su rostro…
Ella, aún conserva su amor propio
Y se acaricia, con sus manos, su piel
Recordando con melancolía
Aquella que un día fue.
Pasa la gente que la conoció de joven,
Y le dicen: ¡Que guapa estás, Demetria!
Y ella sonríe agradecida y “un poquitín coqueta”
Con ojillos chispeantes…contesta con otra pregunta:
¿Cómo puedes decir que estoy guapa
Si ya soy tan vieja?
Pero se mira al espejo con sonrisa picaresca
Y piensa que, quien tuvo, retuvo y…
¡Si no fuese por las piernas…!
M. Carmen Díaz
19-9-2008
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